Muñeca

Si callas los labios
podrías dejar de ver las luces de esperanza que parpadean tras su mirada,
al final no es sino el engaño lo que mantiene tu puerta abierta
a la espera de que entre con un aire de príncipe a dignificar tu muerte
pero no existe...
no es sueño,
es el aire que ya no te toca
ni entra sin premura en tus párpados cerrados...
ya no hay si no la ausencia
de un dolor más fino y punzante que la soledad misma
de una suavidad tan propia como los últimos besos que tocaron tus manos
mi niña dormida entre flores de papel...
no tiene caso despertar hoy, vuelve a dormir el sueño de las alas rotas
que sin más seguirás cayendo hasta tocar el fondo de tu corazón apolillado.

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