No me sorprende...

...Después de haber sentido el frío de la madrugada
en compañía de la soledad absoluta,
latir dentro de la boca como parásito insomne.
Las manos certéraz de la muerte no me sorprenden;
no me incomoda su gelido aliento desconociendo mi cuerpo,
su lengua cálida dentro de mi oido
soplando dudas
remedos de sentimiento
ya no me sorprendes...

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