Las últimas mujeres en mi alcoba.



Llegan, devoran la noche,

se van/


vienen, besan, muerden,

desgarran llevando mi sangre bajo sus uñas/


nunca labios tan fríos han dejado destrozados los mios

con sus risas que corrompen este cuerpo de que se sirven

que saben sometido bajo su piel

amante, amada

desconocida nostalgia que abruma la conciencia envenenada,

solo queda en mis dedos la salinidad de sus despedidas.





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